La hora de la Muerte

jueves, 31 de octubre de 2013
Cuando llego este poema a mi mente, llego una araña grande y negra, que parada en la pared, cerca de mi cabeza dormida, caminaba con sus patas también negras.
Las arañas no hablan, pero parecía que me decía:

DESPERTARAS A LA HORA DE TU MUERTE
 CUANDO MI VENENO SILENTE
PENETRE POR TU VENA INOCENTE
y he aquí el poema:

Despertar
a la hora de la muerte,
le llamo así,
pues han callado los sonidos
sosegado los movimientos,
y así cuando todos están dormidos,
es cuando yo
despierto mis sentidos.