Constructor, destructor

¡Oh, pequeño José Luis, perfil de constructor, corazón de destructor!


Un día me vio  con su perfil, y construyo una musa delicada, angelical, pura y virginal.

Construyo un ser equivalente,
para poder hacerme frente.

Y al abrazarle sentia yo su calor y decia: ¡Oh, José Luis, mi constructor!.
No tengo explicacíon, será que uno siempre termina por seguir a su corazón,
y con las mismas herramientas, con las que construyo, creo una hermosa hacha, con la que destruyo a hachazos sobre los cimientos adulzados, despistados, y bombonosos de una mujer que nunca fué delicada, angelical, ni pura, ni virginal, achato con la verdad.

Destruyo con magnificencia
poco mas de lo que falsamente creo
con inocencia.

Corazón de destructor:
No hiciste mas que construir una barrera,
y destruirla luego,
para aprender a ver de frente,
a una mujer que no tiene nada de realeza,
cero sublime belleza,
nada mas que verdadera naturaleza.